Pulse – enero 2020
La salud de las personas está muy influida por su estilo de vida y por las condiciones en que viven. Por eso la asistencia sanitaria hoy no puede limitarse al tratamiento médico. Y no debe organizarse en función de principios económicos. La actual crisis de la enfermería demuestra a dónde conduce esto. La salud es más bien una tarea social y un bien común. Y las condiciones de vida y el entorno socioeconómico desempeñan un papel decisivo a la hora de que las personas se sientan sanas o enfermas. Colectivos de Hamburgo, Berlín, Dresde y Leipzig se han propuesto pensar la salud de forma holística y en términos de bien común. Su objetivo es crear centros sanitarios solidarios como alternativa a la sanidad pública y privada. En Hamburgo, en el Veddel, ya existe un centro sanitario de este tipo, una policlínica. En Leipzig se está creando una policlínica solidaria. Este mes, el colectivo Poliklinik Leipzig se ha trasladado a unas habitaciones en Leipzig Schönefeld. Hablamos con Marie, de la Policlínica Leipzig, sobre lo que se va a crear allí, lo que cabe imaginar en una policlínica solidaria y quién está detrás.